Por Verónica Benítez Escudero
Siempre quise hacer una estancia en el extranjero, sin embargo, no se me había presentado la oportunidad; fue gracias a AIDIS y al IIUNAM que pude comprobar que querer es poder. Mi experiencia en México –afirma Haymar- ha sido gratificante, no solo en lo profesional, también en lo personal. Me llevo vivencias y recuerdos únicos, visité lugares maravillosos e hice grandes amigas con quienes compartí todos mis días y experiencias varias. Tengo un muy buen concepto de los mexicanos, son personas muy amables, cordiales, atentas y cálidas.
En cuanto a lo profesional, considero que el Instituto de Ingeniería está conformado por un personal muy capacitado, donde cada quien en su materia es conocedor y experto, dispuestos a compartir el conocimiento que poseen, haciéndose notable el trabajo en equipo y las ganas de continuar con las investigaciones para un bien común.
Soy estudiante de la Maestría en Ingeniería Sanitaria, en la opción Calidad del Agua, en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y me hice acreedora a la XII Edición de la Beca Horst Otterstetter, en donde parte del premio es realizar una estancia académica en el IIUNAM; en mi caso fue del 1º de abril al 30 de septiembre de este año.
El trabajo que presenté fue el diagnóstico de operación y la propuesta de mejoras de una planta de tratamiento de aguas residuales industriales para una central azucarera ubicada en la región central de Venezuela (Central El Palmar, SA), empresa privada en la que trabajo como coordinadora de Higiene y Ambiente.
La principal aportación de este trabajo es destacar la importancia del diseño, la evaluación y la actualización tecnológica de las plantas de tratamiento de aguas residuales, ya que deben estar monitoreadas constantemente a fin de comprobar la eficiencia y poder garantizar la calidad del efluente final. El ámbito industrial debe poner especial atención en este sentido, ya que el cumplimiento de las normas sanitarias es estricto, e incluso representa sanciones legales y en ocasiones penales para los representantes de la industria. Con estas acciones se garantiza que las industrias cumplan con las normas de descargas de aguas residuales, lo que permite reducir los impactos ambientales, que también pueden ocasionar problemas de salud pública.

Durante mi estancia en el IIUNAM trabajé bajo la coordinación del doctor Juan Manuel Morgan Sagastume, con el apoyo del Grupo de Investigación de Procesos Anaerobios (GIPA), dirigido por el doctor Adalberto Noyola Robles. A lo largo de 6 meses realicé el diagnóstico de operación real del sistema de tratamiento de aguas residuales industriales del ingenio azucarero, constituido por 10 lagunas de estabilización; también procesé los datos para obtener la estadística descriptiva del comportamiento de la planta. Además, elaboré el diseño de las propuestas de mejoras del sistema para aumentar la eficiencia del tratamiento y, con el apoyo del simulador de procesos de tratamientos biológicos (BioWin(R)), simulé las condiciones de operación actual y de las propuestas de mejoras establecidas, con el fin de poder hacer una comparación entre ambas situaciones y como punto de partida para la selección de la tecnología necesaria para el tratamiento.
El 10 de octubre regreso para Venezuela, pero me llevo conmigo, en especial, el recuerdo de haber conocido a mis compañeras de cubículo (Ana, Adriana, Mariana y Chantal). Fue gracias a ellas que los días lejos de casa se me hicieron menos tristes; me hicieron parte de sus familias, y eso se los agradezco.
A los estudiantes que tengan la oportunidad de venir al II les recomendaría que aprovecharan todas las oportunidades de aprendizaje que brinda este instituto, la capacidad técnica de los investigadores y la alta tecnología que se tiene en los laboratorios.
Le agradezco a Margarita Cisneros por sus buenos oficios y apoyo incondicional. Jamás olvidaré nuestro viaje a las grutas de Cacahuamilpa, en el estado de Guerrero; es el lugar más bello en el que he estado. No logré adaptarme a la alimentación típica de aquí, pero he probado todo: mole, pozole, birria, carnitas, barbacoa, tacos, quesadillas, tamales, pastes, etc. Mis platillos favoritos son la sopa de tortilla y las flautas, claro, sin picante.
Mis planes a futuro consisten en terminar mi maestría; espero que sea muy pronto, porque solo me queda una materia, y presentar mi tesis. Afortunadamente, llevo un gran avance con el trabajo que hice en México y, por supuesto, continuar con mi empleo, y agradezco a quienes me dieron el apoyo para incrementar mi experiencia profesional –concluyó.