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Gaceta Junio 2014
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Normas ortográficas, de redacción y editoriales No. 5
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EL CRECIMIENTO: UNA DISYUNTIVA POR RESOLVER

A casi ya 40 años de haberse incorporado como entidad académica al Consejo Técnico de la Investigación Científica (CTIC), el Instituto de Ingeniería (IIUNAM) se ha mantenido cohesionado, a diferencia de otros importantes institutos que han dado lugar a centros, e incluso a nuevos institutos, a lo largo de las últimas décadas. Como resultado de esta política no explícita, el IIUNAM es la mayor entidad en número de académicos (201) de los dos subsistemas de investigación de la UNAM: el de la investigación científica y el de humanidades. A lo anterior hay que agregar que el IIUNAM es la entidad académica con mayor captación de ingresos extraordinarios de la UNAM; esto hace que su comunidad se vea incrementada con más de 600 becarios y un buen número de profesionales técnicos contratados por honorarios para realizar actividades relacionadas con los proyectos patrocinados. También hay que mencionar que el equipo de la administración debe procesar la carga adicional de trabajo que implica realizar los diversos trámites administrativos que permiten ejercer esa cantidad importante de ingresos propios.

Si se toma la captación de ingresos extraordinarios como un indicador, es posible identificar en los últimos años un incremento de las solicitudes, para que las competencias técnicas de los diversos grupos de investigación del IIUNAM se apliquen a la solución de diversos retos y problemas, tanto de parte del sector gobierno como del privado. Esta tendencia muestra signos para no detenerse, fundamentalmente debido a dos causas: la mayor inversión en infraestructura del gobierno federal y la falta de instituciones similares al IIUNAM que puedan desarrollar parte de los proyectos resultantes. Esas organizaciones, si bien pueden existir en el país, no se han consolidado, con excepción de muy pocos casos. Como resultado, el IIUNAM enfrenta la necesidad de incrementar sus capacidades para atender los proyectos que le son solicitados, en un ambiente que limita su crecimiento, tanto de personal académico como de infraestructura.

Las acciones de descentralización del IIUNAM son muy recientes. En 2007, tres décadas después de integrarse al CTIC, el IIUNAM aprobó la creación de su primera unidad académica foránea, en Juriquilla, Querétaro. Tres años después surgió la segunda, esta vez en Sisal, Yucatán. Antes, en 2005, un pequeño grupo de académicos fue comisionado a Morelia para explorar la posibilidad de crear una unidad académica, sin éxito; sin embargo, este asunto se ha retomado y se reevalúa esta posibilidad dentro de las acciones del Plan de Desarrollo 2012-2016.

Las políticas y los mayores recursos económicos que el CONACyT está aplicando en la actual administración federal van en el sentido de fortalecer los sistemas de investigación e innovación en ciertas regiones que se consideran prioritarias, dentro de las cuales, por razones obvias, no se encuentra la ciudad de México. Si a esto se agrega que otras políticas públicas se alinean en esa dirección (el Programa Nacional de Infraestructura, por ejemplo, identifica la región Sur-Sureste como prioridad en las millonarias inversiones previstas para los próximos 5 años), es claro que el IIUNAM debe revisar su estrategia e identificar los cambios que el entorno exige para el largo plazo.

No cabe duda de que el país requiere de más y mejor investigación en ingeniería, que se traduzca no solo en publicaciones del mejor nivel y en formación de cuadros altamente competentes, sino, sobre todo, en desarrollos tecnológicos que contribuyan a generar riqueza y bienestar a la población mexicana, y también en capacidades expertas para atender los retos ingenieriles que presenta el desarrollo nacional. Es indispensable que estos requerimientos sean proporcionados con oportunidad y calidad, en mayor medida por organizaciones mexicanas. Con estos elementos, la conclusión directa es que el Instituto de Ingeniería deberá fortalecerse en el número de sus académicos, sus líneas de investigación y su infraestructura. El plan para lograrlo no está listo, pero su comunidad debe iniciar una reflexión en ese sentido. Cómo crecer, siguiendo qué modelo, con base en qué acuerdos y alianzas, en qué disciplinas de la ingeniería y con qué prioridades, son solo algunas de las preguntas que pronto habrá que responder.

Mientras tanto, les deseo a todos un buen descanso en estas merecidas vacaciones de verano.

 

Adalberto Noyola Robles
Director