Hacia la búsqueda de líneas de investigación pertinentes para el México del futuro

Después de presentar en las gacetas de marzo y abril pasados dos de los seis retos que hemos identificado como prioritarios para el periodo 2012-2016, le toca el turno al tercero de ellos. Los tres forman un conjunto que debe ser impulsado en forma coordinada, dada su importante interdependencia. El tercer reto es “Identificar nuevas líneas de investigación y áreas de oportunidad para atender los retos y la necesidad de soluciones ingenieriles innovadoras que requerirá el país en su avance hacia mayores grados de desarrollo”.

En las pasadas décadas, no existe registro en nuestro Instituto de una actividad formal de búsqueda para evaluar la pertinencia de las líneas de investigación que llevamos a cabo, en particular bajo un enfoque prospectivo. Es así que nuestra labor académica se ha desarrollado con cierto grado de inercia, basándose, en la mayoría de los casos, en la demanda de nuestros conocimientos y experiencias por parte de nuestros patrocinadores; sin embargo, tal comportamiento organizacional conlleva riesgos en el contexto de un mundo que cambia rápidamente.

Frente al constante avance tecnológico y a los retos que el mundo globalizado coloca ante los países, en particular aquellos con economías emergentes como México, es clara la necesidad de prever en lo posible las tendencias que puedan afectar el desarrollo de una organización que desee mantener vigencia y pertinencia en sus funciones. En este contexto es que debemos situar al Instituto y trabajar para prepararlo ante tales cambios.

Si la necesidad es clara, no lo es el procedimiento para atenderla. No tenemos en el Instituto la experiencia y menos la tradición de revisar nuestras líneas de investigación con cierta periodicidad. Tampoco tenemos la costumbre de discutir entre los grupos estos aspectos, ya que a lo largo de los años hemos privilegiado el trabajo individual que no está abierto a la discusión ni a la crítica entre pares. Esta es una debilidad de nuestra comunidad académica.

Pero, por otro lado, tenemos una gran experiencia en identificar soluciones para problemas reales e importantes, tal como lo atestiguan nuestras aportaciones ingenieriles que son resultado del gran número de convenios que establecemos con nuestros patrocinadores, tanto del sector público como del privado. Esta es una enorme fortaleza de nuestro Instituto, construida durante ya más de 50 años.

A lo anterior puede agregarse el reto que representa el próximo cambio generacional en la plantilla académica, no solo en el Instituto, sino en toda la UNAM. Tal asunto debe verse como una oportunidad institucional que debemos aprovechar en el momento justo. Sobre ello ya se han propuesto acciones dentro del marco del primer reto presentado en la gaceta de marzo pasado, en particular la creación del Programa de Becas Posdoctorales del Instituto de Ingeniería.

Con el objetivo de atender el reto que presentamos en este editorial, la Secretaría de Planeación y Desarrollo Académico está trabajando para identificar la metodología adecuada para nuestra organización académica que asegure un amplio proceso de discusión que nos lleve a buen puerto. Para ello, se buscan expertos en este tipo de ejercicios de prospectiva que vengan a apoyarnos en esta compleja e inédita tarea en el Instituto. En este esquema, incorporaremos las capacidades internas con las que contamos para así obtener experiencia, con el fin de reforzar periódicamente lo encontrado y acordado al término del ejercicio de búsqueda.

En breve haremos una convocatoria amplia entre los académicos para que participen en el proceso de discusión sobre la pertinencia de las líneas de investigación que actualmente cultivamos, de aquellas que debemos reforzar, iniciar o dejar de lado, con una visión prospectiva a una década de distancia. Este trabajo académico debe ser amplio e incluyente para lograr un documento que sirva de base para decisiones estratégicas que deberemos tomar en los próximos años. Lo que se obtenga de estas discusiones impactará en el futuro del Instituto y en los académicos que aquí laboramos; de ahí el enfático llamado a participar.

Las próximas plazas que se liberen por jubilación o deceso, así como los recursos derivados de los indirectos que obtiene el Instituto al captar ingresos extraordinarios, serán asignados en función de las conclusiones del proceso que aquí se presenta. Por ello, la necesidad de una estrategia clara y consensuada es evidente.

Esperamos tu participación comprometida para enfilarnos hacia un renovado Instituto de Ingeniería.

Adalberto Noyola Robles

Director