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Gaceta Febrero 2013
Ciudad sustentable hacia la recuperación del espacio público
Jean Vaunat, Profesor visitante
Tratamiento de aguas residuales urbanas
Herramientas para el estudio de la migración de los ríos
La importancia del manejo adecuado de las inundaciones
Adrián Pedrozo Acuña
La efectividad es un hábito...
The IEEE 802.3ba standard: Ethernet at 100 Gb/s
Tesis
Producción del personal académico del II incluida en el índice de la Web of Science
Adrián Pedrozo Acuña 
 
Adrián Pedrozo Acuña 

Coordinador de Hidráulica

Le tengo un cariño muy especial a la UNAM, no solo porque ahí estudié la carrera de Ingeniería Civil y la maestría en Hidráulica, sino también porque desde 2009 formo parte de su planta académica. En realidad este aprecio por nuestra máxima casa de estudios me viene de familia. Mi padre ha ocupado puestos importantes en el STUNAM y mi mamá trabaja en la Facultad de Medicina, en el Departamento de Salud Pública, y es además académica de la Escuela de Trabajo Social.

La cultura de trabajo la he aprendido a partir de los ejemplos que tuve en casa; desde pequeño mi padre nos inculcó el amor por el trabajo bien hecho. La vida de mi papá es sin lugar a dudas muy interesante, ha sido un ejemplo de superación y orgullo para mí y mis hermanos. Recuerdo que cuando era chico nos contaba que tuvo una infancia difícil; verlo superar las adversidades, e incluso en su actuar como diputado federal, nos ha demostrado lo que se puede alcanzar cuando eres constante. Estamos muy orgullosos de lo que ha logrado, pero obviamente al alcanzar cierta visibilidad con su obra y figura, a sus hijos nos acompaña una sombra. Quiero decir, a veces las personas te etiquetan como “el hijo de…”. Mi batalla personal contra esa etiqueta es quizá uno de los motivos por los que decidí realizar mis estudios de posgrado en el extranjero. Esa experiencia se presentaba como una oportunidad para demostrarme que podía ser algo por mí mismo. Es por ello que elegí un país tan diferente al nuestro, donde no se habla español, donde no tenía familia, en una palabra, donde lo que lograra fuera simplemente producto de mi trabajo, sin etiquetas. Es muy satisfactorio alcanzar tus metas y darte cuenta de que tienes la capacidad para tener éxito en lo que te propones, con esfuerzo y trabajo diario. Además, puedo decir con cierta satisfacción que logré establecer relaciones clave con personas de aquel país con quienes aún mantengo comunicación y una buena relación. Hoy, con el pasar del tiempo y esas experiencias a cuestas, estoy seguro de que soy lo que soy porque tengo estos padres. Al final, fue como dar una caminata circular, salir a dar la vuelta para regresar al origen, darme cuenta que soy resultado de mi familia; me siento orgulloso de ello.

A mi esposa la conocí en Inglaterra en la Universidad de Plymouth; con ella tuve un contacto inicial en los primeros años de mi estancia, luego nos dejamos de ver mucho tiempo y nos reencontramos. Siempre me gustó, y poco tiempo después, al cabo de nuestro reencuentro, la invité a salir; un año y medio después nos casamos. Me doctoré en 2005, pero en la misma universidad me ofrecieron trabajo como posdoctoral; colaboré en un proyecto que duró dos años en el que trabajamos con la Universidad de Cambridge, en donde hice una estancia. Al término de este trabajo me ofrecieron participar en otro proyecto, en esta ocasión dedicado al manejo de riesgos por inundaciones debidas a eventos extremos.

Tenía nueve años de estar en Inglaterra, los últimos cinco trabajando como investigador asociado posdoctoral, estaba llegando a mi límite personal; es decir, la vida te marca límites, ya tenía una familia y eso te genera la necesidad de tener algo más estable. Fue en este momento cuando empecé a explorar la posibilidad de regresar a la UNAM; después de haber sido becario de CONACyT, siempre tienes el gusanito de aportar a tu país los conocimientos que has adquirido. Para mí, la UNAM era la opción de mis deseos; de hecho, si no se hubiera dado mi regreso aquí, seguramente me habría quedado en Inglaterra. Afortunadamente, en aquella época se abrió una plaza en Hidráulica, en ese entonces me contactó Rodolfo Silva, quien había sido mi director de tesis tanto en la licenciatura como en la maestría, y Paulo Salles, quien entonces era secretario académico. Esto ocurrió en octubre de 2008; me invitaron a enviar mis papeles y en diciembre de ese mismo año resulté seleccionado. En mi tradicional visita de Navidad durante ese año, visité a Adalberto, quien era el director del Instituto; recuerdo que me dijo que necesitaban que me incorporara en un par de meses. Sin dudarlo, regresé a Inglaterra a agradecer el apoyo y el trabajo que me habían dado, y en marzo de 2009 me integré al IIUNAM.

Mi formación primigenia, de maestría y de doctorado, se dio en el área de costas; sin embargo, dadas las necesidades del Instituto a mi regreso, me enfoqué al estudio de la hidrodinámica de ríos y más concretamente a la investigación de las inundaciones. En virtud de esa variedad en las líneas de trabajo que me ha tocado cultivar, me gusta pensar que mi línea de investigación es la hidráulica en general.

Durante los últimos años he trabajado en temas asociados al manejo del riesgo por inundaciones. Me tocó participar en el proyecto estrella de la Coordinación en esos años, el Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT), a cargo del doctor Fernando González Villarreal. En concreto, trabajé la parte de la desembocadura de los ríos donde se da el encuentro entre los forzamientos fluviales de la cuenca alta con los forzamientos marinos: el oleaje y las mareas.

Estoy consciente de que los problemas más importantes en este campo de la  hidráulica son la gestión integral de los recursos hídricos; el agua es un recurso limitado y finito. Los países que  no sepan administrar bien el líquido vital van a estar condenados a la pobreza, por eso su gestión adecuada debe ser una prioridad para la nación.

Una ventaja que tiene la Coordinación de Hidráulica es el reconocimiento de las instituciones en cuanto a su participación en la solución de problemas. No debemos perder ese ángulo; tenemos que continuar apostándole a nuestra estrecha relación con el sector público, y nuestra cercanía con las instancias de gobierno puede resultar importante para proponer las estrategias que permitan un  desarrollo sustentable.

La Coordinación de Hidráulica tiene como tradición una relación con el gobierno, con la iniciativa privada y la academia. El II se caracteriza por eso; personas como Rafael Carmona y Fernando González Villarreal, que han ocupado puestos importantes en el gobierno, nos dan una posición de privilegio, sin lugar a dudas, y eso es algo que me gustaría que siga ocurriendo. Debemos favorecer que el personal del Instituto tenga esta experiencia y luego regrese, así como también es necesario que mantengamos la filosofía para formar recursos humanos. Ambas características son primordiales y no deberíamos perderlas de vista; no podemos ser un ente preocupado exclusivamente por la escritura de artículos, debemos salir a resolver los problemas nacionales y formar los recursos humanos capaces para hacer frente a los retos que se nos avecinan.

En cuanto a tu pregunta sobre qué modificaría en las formas de trabajo de la Coordinación, te diría que me gustaría que se diera con mayor frecuencia el trabajo en equipo. Desde luego, respetando la individualidad de cada quien. Supongo que en un equipo a veces te toca estar adelante y tener la dirección del proyecto, y otras tantas te toca acompañar, no tengo problemas con eso. Creo que se debe cultivar el trabajo en equipo. En lo personal he tenido muy gratas experiencias colaborando con Fernando González Villarreal, con Rodolfo Silva, con el ingeniero Capella, con Ramón Domínguez, y eso me gusta, lo disfruto mucho. Espero que en un futuro se pueda dar con el resto de la Coordinación.

Creo que los ingenieros somos un 30 % formación, 30 % trabajo diario y 40 % de motivación, esto es, todo aquello que traes dentro y que te mueve, o sea, ese motor que no debemos dejar que se nos apague en cualquier actividad de nuestra vida. Las características de un ingeniero: ser curioso, preguntón y autocrítico, esto es muy importante… De vez en cuando, hay que ponerse frente al espejo y reconocer nuestros errores, hay que tener la capacidad de ver si estamos pecando de soberbia, exceso de confianza, etc. debemos tener con nosotros siempre una dosis de autocrítica con otra de curiosidad, y nunca dejar morir la intuición. La curiosidad es fundamental: estar siempre cuestionándose los procesos físicos, sociales, todo en general. En sí cuestionar tu vida, tu existencia. Veo a mi hijo de 3 años que todo el tiempo pregunta y me digo que quiero ser como él que tiene todos los por qués y busca todas las respuestas.

En cuanto a mi esposa, ella es española; ahora tenemos una familia internacional. Tengo la fortuna de contar con su apoyo, la considero como una piedra angular para mi desarrollo. Cuando nos venimos a México ella estuvo de acuerdo, la veo muy contenta y eso me hace sentir muy bien y completo. Por ahora no trabaja, pues está a cargo de nuestros hijos (Adrián de tres años y Valeria de 10 meses); en un futuro tal vez lo haga, ya que estudió comercio internacional. Mientras tanto, disfruto su gusto por la cocina, por supuesto la española, y hace un mole delicioso, desde moler los chiles, las semillas, etc., es buenísimo.

Tengo dos hermanos: mi hermana, que estudió psicología y trabaja en la Secretaria de Salud en el área de recursos humanos, específicamente en la selección de personal, y Diego, que está terminando su doctorado en la Universidad de Nottimgham, para variar en ingeniería hidráulica y en el Reino Unido, ahora está por hacer su examen de grado. Es un placer compartir mi gusto por la hidráulica con mi hermano.

En cuanto a mis pasatiempos, me gusta leer novelas que te hagan pensar sobre la vida; disfruto mucho los autores latinoamericanos, entre los que destacan Cortázar y Borges, y también me descubrí con algunas similitues con personajes de las novelas de Herman Hesse. En Inglaterra tenía el pasatiempo de la fotografía; de hecho, hice un curso especial en el Colegio de Arte de Plymouth, durante muchos años le dediqué tiempo, y junto con mi esposa salía al campo, a la costa y a la montaña. He tomado algunas fotos en helicóptero, me gusta capturar los instantes de la vida y la luz del atardecer, pero ahora mi pasatiempo principal es dedicar tiempo a mi familia, el poco que me queda pues en realidad trabajo casi todo el día aquí. También acostumbraba correr, y ahora corro otro tipo de carreras.

Tengo el propósito de regresar a hacer ejercicio porque pienso que los pilares de cualquier vida son la mente, el cuerpo y yo añadiría la familia. En este último punto entran la que nos toca genéticamente y la que nosotros escogemos, incluidos los amigos.

Me gusta estar rodeado de gente, por eso valoro mucho una de las muchas cualidades de mi esposa, y es precisamente la generosidad que tiene para entregarse a su familia, a sus amigos. Tiene la capacidad de ver siempre la parte positiva, de disculpar, de no tomar en cuenta. Ser así te permite tener una base espiritual mucho mayor, y al estar con una persona así vas aprendiendo, vas cambiando para bien, tienes una vida tranquila y por tanto puedes ser feliz.