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Lingüística Forense 
 
 
 

Del 24 al 27 de junio se llevó a cabo la undécima edición de la conferencia bienal de la Asociación Internacional de Lingüística Forense (IAFL, por sus siglas en inglés) en la Torre de Ingeniería de Ciudad Universitaria. Dentro del marco de dicha conferencia se dieron cita expertos de diferentes países del mundo y se presentaron ponencias relacionadas con diversos temas, como interpretación jurídica, interrogatorios policiales, atribución de autoría y registro de marcas.

El principal impacto de que México haya sido sede de dicha conferencia radica en la transición que se está llevando a cabo en nuestro país a un sistema penal acusatorio. La nueva implementación de los juicios orales conlleva una serie de cambios donde la oralidad juega un papel fundamental. Países como Inglaterra, Estados Unidos y Australia gozan de una larga tradición de estudios alrededor de lo que se conoce como common law, y han sido estos países los que han estado más involucrados en el desarrollo de la lingüística forense. La realización de la undécima edición de la conferencia bienal de la IAFL en un país de habla hispana consolida las investigaciones relacionadas con el ámbito de la lingüística forense en español, principalmente en México.

Asimismo, la nueva implementación del sistema penal acusatorio requerirá la presencia de expertos de diferentes áreas de conocimiento. La lingüística forense incluye el desarrollo de investigaciones en lenguaje evidencial o probatorio, es decir, el análisis de evidencia oral o escrita.

Las ponencias plenarias estuvieron a cargo de los doctores Diego Valadés, Peter Gray, Edward Finegan, José Ramón Cossío y Georganne Weller, quienes además de contar con una alta preparación académica, tienen una vasta experiencia, ya que han utilizado la lingüística forense en su trabajo diario.

El tema es de interés y la UNAM está apoyándolo fuertemente a través de la Facultad de Filosofía y Letras, y los institutos de Investigaciones Jurídicas y de Ingeniería. También es importante mencionar que recientemente se abrió la licenciatura en Ciencia Forense, con un enfoque interdisciplinario. La idea es que participen alumnos de distintas facultades, principalmente de las carreras de Derecho, Medicina y Psicología, y de las que se imparten en la Facultad de Filosofía y Letras.

A pesar de que el tema de la lingüística forense se maneja desde hace muchos años en varios países, entre los que se encuentran España, Francia y Colombia, en México estamos empezando; de hecho, el programa de estudio de la nueva licenciatura en Ciencia Forense no tiene una materia sobre lingüística forense, solo existe la de Acústica Forense; sin embargo, se le ha solicitado a la coordinadora de la licenciatura que esta materia se incluya en el programa.

El Grupo de Ingeniería Lingüística del Instituto de Ingeniería (GIL), que ha desarrollado herramientas de computación para realizar análisis de información, también está interesado en la formación de académicos en este campo de la ciencia forense, como es el caso de la doctora Fernanda López

La ciencia forense es muy interesante, pues sirve para mostrar evidencia de todo tipo en casos donde se requiere un análisis judicial, en aquellos donde es necesario saber cuáles fueron las razones o causas de un homicidio, cómo murió la persona, etc. No solo la parte médica es importante, sino que se requiere que jueces y abogados tengan más información sobre los hechos para poder descubrir cómo pasaron las cosas.

Quiero comentar –agregó el doctor Gerardo Sierra, quien dirige el Grupo de Ingeniería Lingüística del IIUNAM– que el GIL trabaja con el grupo de ingeniería forense proporcionándole apoyo a través de programas de computación para que pueda procesar la información que ha analizado previamente. Por ejemplo, hay casos donde se quiere identificar qué persona realizó una llamada, y para poder hacerlo se utilizan grandes bases de datos. En las cárceles, por ejemplo, existen bases de datos que contienen las voces de quienes están ahí. Otro caso es cuando se quiere identificar a alguna persona que está enviando mensajes de texto a través del correo electrónico. O si queremos determinar en qué correos se está enviando información confidencial y en cuáles se está cometiendo un fraude, etc.; hay que revisar una infinidad de correos. Cuando esta situación se llega a dar en una empresa, se está hablando de procesar de 10 a 15 mil correos por empleado, y si la planta es de 100 personas, solo lo puedes hacer con ayuda de una computadora. Estas herramientas permiten el análisis de espectogramas de voz y de las ondas magnéticas, en pocas palabras: con la parte fonética puedes detectar la edad, la ubicación geográfica y el nivel sociocultural, y toda esta información te ayuda a detectar quién es el posible culpable. Es importante darse cuenta de que debemos trabajar de manera multidisciplinaria –concluyó.