Omitir vínculos de exploración
Gaceta agosto 2013
Profesores Visitantes
Procedimiento para automatizacion de metodologias
Nuevos nombramientos en la Secretaría Académica
Lingüística Forense
Laboratorio del Túnel de Viento
Reductor de Velocidad Magnético
Entrevista
Impacto de proyectos
USI-Biblioteca
Entrevista 
 
 
 

ALEXANDRA OSSA LÓPEZ

Por Verónica Benítez Escudero

Trabajaba en una empresa de consultoría y supervisión; los proyectos importantes de Colombia pasaban por esta oficina. Se atendía la construcción de centrales hidroeléctricas, carreteras, presas etc., y tal vez por eso sentí la necesidad de prepararme más.

En esa época en mi ciudad no había la maestría en Geotecnia, por lo que decidí salir del país y estudiar un posgrado en México. Fue fácil establecer contacto con el IIUNAM, porque algunos de mis jefes habían pasado por este instituto y, por así decirlo, ya estaba la comunicación abierta. Además había otra ventaja: el examen de admisión se podía hacer desde Colombia; lo presenté, lo aprobé y me aceptaron. Llegué a México sin beca y estuve un semestre viviendo de mis ahorros.

Con la beca del Instituto empecé a trabajar con Efraín Ovando, incluso él fue mi director de tesis de maestría, y del doctorado fue el doctor Miguel Romo.

Mi intención era obtener el grado y regresarme a mi país; de hecho no renuncié a mi empleo, únicamente solicité un permiso, pero en el camino fui descubriendo que quería trabajar en investigación. Al término del doctorado, el doctor Noyola, director del IIUNAM, quiso fortalecer las líneas de investigación, y entonces hubo la oportunidad de integrarme como investigadora en el área de vías terrestres. La idea es que el Instituto de Ingeniería, a través del Laboratorio de Vías Terrestres, se haga presente en asesorías a empresas de ingeniería para la realización de grandes proyectos y en la formación de recursos humanos.

La formación de estudiantes te da muchas satisfacciones. He sido profesora en la Facultad de Ingeniería, y en lo personal creo que los planes básicos de estudio de esta escuela se deben mantener. Creo que es muy importante que el estudiante tenga bases muy firmes de matemáticas y física, ya que estas materias son fundamentales en la formación de un buen ingeniero.

Los ingenieros deben tener la habilidad de dar soluciones, de ser creativos e innovadores. También necesitan tener una visión global de varias cosas para especializarse en una. La función de este profesionista es construir y diseñar proyectos que mejoren la calidad de vida de las personas.

Ahora en mi familia hay muchos ingenieros civiles, pero yo fui la primera. Solo tengo un hermano, que por supuesto también es ingeniero; vive en Colombia, está casado y en unos meses va a ser papá.

En realidad, aunque vivamos a muchos kilómetros de distancia, somos muy unidos. Desafortunadamente mi papá falleció cuando yo estaba muy pequeña. Mi mamá se dedicaba a sus hijos y de pronto tuvo que salir a trabajar; esto cambió la dinámica familiar y ocasionó que mi hermano y yo seamos muy independientes. Mi mamá vive en Colombia, trabaja en la administración y es una persona a la que admiro mucho porque pudo sacar adelante a su familia.

En realidad, estoy satisfecha con mi vida, con todo lo que he hecho. Mi mejor experiencia ha sido tener a mi hija, los hijos cambian la vida y, aunque siempre tuve claro que quería ser madre, nunca me imaginé que la experiencia pudiera ser tan gratificante. Puedes estar muy cansada, pero siempre hay fuerza, voluntad y ánimo de hacer las cosas por los hijos y con los hijos; esto es algo que te hace sentir muy bien.

Mi mamá quisiera que regresara a Colombia, pero yo no lo veo factible. Al terminar la maestría me tracé un plan de vida: decidí quedarme en México, y así lo hice. Y es que además de que me encanta mi trabajo, tengo un esposo y una hija mexicanos.

Recuerdo que cuando llegué a México los primeros seis meses me sentí como turista: no extrañaba nada, todo era novedad, pero pasado este tiempo empecé a extrañar mis cosas, a mi familia, mi entorno; esto es lo más difícil. Finalmente me quedé aquí, y a pesar de que la condición de extranjera sigue primando, porque es algo que siempre va a estar conmigo, ahora veo las cosas de manera diferente, porque con los años vas sentando raíces, donde estás vas teniendo amigos, vas haciendo historia, te vas sintiendo parte del entorno. En mi caso necesito sentir que soy parte del lugar donde estoy viviendo, y esto me hace pensar que no solo voy de paso, es una manera de ir sentando raíces. Ahora en México tengo amigos, tengo historia, y ese vacío que antes sentía se va llenando poco a poco.

Todo el tiempo libre que me queda se lo dedico a mi hija; por eso no tengo pasatiempos, más bien conservo el gusto por la lectura, en especial de novelas históricas. Siempre tengo un libro en mi mesa de noche. En el futuro me gustaría retomar el ejercicio, regresar a los aeróbicos.

He tenido mucha suerte, porque he podido cumplir con el plan de vida que me tracé tanto en el aspecto profesional como en mi vida personal, de forma satisfactoria y en paralelo. Afortunadamente, mi esposo es muy analítico, es muy tranquilo, y eso es muy bueno para mí porque a veces soy un poquito impulsiva. A él lo conocí en la maestría, y actualmente es consultor en geotecnia. Después de dos años de novios nos casamos en México por el civil y un año después viajamos, junto con la familia mexicana, a Colombia para celebrar la boda religiosa.

En general yo me he adaptado muy bien a México. Incluso con la comida, tal vez porque desde Colombia me gustaba el picante, y es que en realidad la base de los alimentos es la misma, solo que aquí va muy acompañado de salsas, y no necesariamente picosas. Después de vivir en México por 12 años he aprendido a cocinar, y por supuesto que combino ingredientes colombianos con mexicanos. Lo que me ha llamado mucho la atención desde que llegué a México es que aquí, a diferencia de Colombia, se socializa con la comida, y por lo mismo hay muchos restaurantes y muchos lugares donde comer. Me refiero a lugares que son desde formales hasta informales; de hecho aquí se trabaja desayunando, se trabaja comiendo, se trabaja cenando; no se concibe una reunión familiar o de amigos sin comida. Como imaginarás, no fue difícil para mí adoptar esta costumbre.

Por supuesto que estando lejos siempre extrañas a tu familia, por eso me mantengo en contacto con ellos constantemente y procuro ir a Colombia por lo menos una vez al año.

Estoy muy contenta de que logré quedarme a trabajar en investigación y en la UNAM; eso me llena mucho, es muy satisfactorio. Formar estudiantes y participar en proyectos para la infraestructura del país es muy gratificante porque estás aportando para lograr cosas buenas. Por ejemplo, en el tema del transporte es importante lograr reducir el tiempo que utilizan las personas para dirigirse a su trabajo, lo que repercute en una mejor calidad de vida. En lo personal me sentiría muy satisfecha si lográramos una etapa intermedia, es decir, que las personas que tardan mucho en desplazarse de su casa a sus trabajos pudieran disminuir esos tiempos, porque estoy segura de que esto se reflejaría en un beneficio social importante.