Omitir vínculos de exploración
Gaceta Abril 2015
Premios y reconocimientos
Sistema de seguimiento para la formalización de convenios (sifc)
Nuevos nombramientos
Conferencia sobre la Universidad de Sheffield
Segundo Seminario AXA-UNAM
Guillermina Sánchez Nahuácatl
Diana Margarita Hernández Avilés beca AIDIS 2015-1
Mejoramiento de la logística de distribución urbana de mercancías y del tráfico vehicular en el marco del proyecto de revitalización de La Merced
Actividades extraacadémicas
Normas ortográficas, de redacción y editoriales
Guillermina Sánchez Nahuácatl 
 
Guillermina Sánchez 

Aunque desde chica me gustaba estudiar, nunca me imaginé que mi vida profesional se desarrollaría dentro de una biblioteca. Soy de una familia numerosa; fuimos diez hermanos. Nací en Quimixtlán, un pueblo de la sierra de Puebla, en donde cursé hasta el quinto año de primaria; en 1968 la hermana de mi padre me invitó a vivir con ella para que yo estudiara en el Distrito Federal.
Antes de estudiar biblioteconomía estudié para secretaria, y cuando terminé, uno de mis hermanos, que trabajaba en la biblioteca del ITAM, le solicitó al profesor Roberto Gordillo, bibliotecario destacado, que me diera la oportunidad de colaborar con él para obtener experiencia.

El profesor Gordillo coordinaba la biblioteca del ITAM y además era el presidente de la Asociación Mexicana de Bibliotecarios. En aquel entonces las bibliotecas eran casi desconocidas para mí pero, aunque mi taquigrafía y mecanografía eran buenas, no es lo mismo la enseñanza de la escuela como la práctica. Bajo la dirección del profesor Gordillo tuve la oportunidad de obtener experiencia como secretaria. Había pasado un mes cuando me invitó a trabajar con él en el curso ENBA/CONACyT como secretaria. Este curso era para bibliotecarios empíricos de universidades de provincia; el CONACyT becaba a estas personas durante un año y dicho curso se impartía en la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía (ENBA) de la SEP.

En el curso ENBA/CONACyT conviví con varios profesores y alumnos, y poco a poco me fui involucrando en el quehacer de los bibliotecarios hasta tomarle el gusto a esta profesión. Después de cumplir un año trabajando con el profesor Gordillo, me sugirió que estudiara esa carrera; entonces me inscribí en el bachillerato de la ENBA.
El profesor Gordillo coordinó el curso de ENBA/CONACyT únicamente por un año; sin embargo, yo continué dos años más trabajando como secretaria, y al tercer año me contrataron como bibliotecaria del curso; trabajaba por las mañanas y estudiaba por las tardes.

Terminé mi bachillerato y continúe estudiando la licenciatura en la misma escuela. En ese tiempo ya laboraba en la biblioteca de la Universidad la Salle en el área de catalogación y procesos técnicos; sin embargo, siempre tuve interés por trabajar en el área de consulta, donde se tiene contacto directo con el usuario. Esta oportunidad se presentó cuando la maestra Guadalupe Carrión, directora de la Biblioteca del Instituto de Banca y Finanzas del Fomento Cultural Banamex, me invitó a trabajar con ella.

Para ese entonces yo conocía a muchos bibliotecarios. Un día en una reunión me encontré con la licenciada Alicia Somohano, quien trabajaba en la Unidad de Servicios de Información (USI) del IIUNAM, y me invitó a trabajar con ella en esta institución. Por supuesto que acepté, ingresé mi solicitud y me contrataron; de eso ya pasaron 33 años. Posteriormente, la licenciada Somohano renunció para irse a trabajar a la Dirección General de Bibliotecas de la SEP con la doctora Ana María Magaloni de Bustamante, quien años atrás había formado la USI, y me quedé al frente de esta.

La Unidad de Servicios de Información (USI) fue creada en 1978 con la finalidad de brindar apoyo documental a los investigadores del Instituto de Ingeniería para que obtuvieran la información en el momento oportuno y para organizar las diferentes colecciones de libros y revistas que se encontraban en las subdirecciones.
El crecimiento del Instituto y el avance tecnológico nos han llevado a modificar el objetivo principal con el que fue creada la USI, haciendo algunos cambios en la organización de las colecciones de libros y revistas. Pasamos de las colecciones dispersas a su concentración en un solo acervo; de hecho ahora la USI proporciona todos los servicios de una biblioteca y sus instalaciones son las apropiadas para conservar el acervo bibliográfico.

Así que lo que se inició en una oficina para 2002 pasó a ocupar parte del basamento de la Torre de Ingeniería como biblioteca, y en 2011 nos trasladamos al espacio donde ahora nos encontramos. Actualmente contamos con una colección especializada en las áreas de ingeniería y tratamos de que sea la más completa de acuerdo con los objetivos y la misión de la dependencia, pero es un hecho que el bibliotecario debe estar al día con la tecnología para localizar la información que los usuarios necesitan.
En la USI siempre se ha fomentado el espíritu de servicio, pues es una característica fundamental en un buen bibliotecario, ya que el usuario tiene que ver en nosotros un apoyo. Si una persona llega a una biblioteca y recibe un mal servicio, su reacción inmediata es alejarse y no volver a ese lugar.
Afortunadamente tengo un grupo de colaboradores que comparten estas ideas y nos esforzamos para dar un buen servicio para que los usuarios siempre regresen. Ese es un consejo que recuerdo de la maestra Guadalupe Carrión, quien decía que “los usuarios jamás deben irse sin una respuesta; cuando no se les consigue la información solicitada siempre se les debe ofrecer otra alternativa”. Es común que las bibliotecas no siempre sean autosuficientes, y deben buscarse otras fuentes donde conseguir la información; lo importante es proporcionarle un buen servicio a los usuarios.

El Instituto de Ingeniería representa muchas cosas para mí, no solo desde el punto de vista profesional, sino también desde el punto de vista personal. Aquí conocí a mi esposo, con quien procreé dos hijos. Nuestro hijo Mario estudió la carrera de Física en la UNAM y pretende irse al extranjero para realizar una maestría y posteriormente un doctorado; Berenice estudia la carrera de Comunicación y Medios Digitales.
En mi trabajo me considero una persona responsable y trabajadora; mis usuarios me han retroalimentado satisfactoriamente. Me siento afortunada por la confianza que he recibido por parte de las autoridades del II y agradezco a todo el personal tanto académico como administrativo por el apoyo siempre brindado para llevar a cabo el buen funcionamiento de la USI-Biblioteca.
Estoy muy satisfecha por alcanzar mis objetivos y estoy segura de que mis padres y mi tía estarían orgullosos; ellos siempre quisieron lo mejor para mí.