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Gaceta Marzo 2012
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Editorial 
 

 

Captar y retener a jóvenes investigadores

En el pasado número de nuestra gaceta presenté lo que a mi parecer son los seis principales retos académicos que deberá enfrentar nuestro instituto en los próximos años. En esta ocasión quiero abundar sobre el primero de ellos: captar y retener a  investigadores jóvenes, para contrarrestar la pérdida de conocimiento al renovar la planta de investigadores.

El tema es sin duda una de las principales preocupaciones en las diversas entidades académicas de la UNAM y en otras universidades públicas del país. Ante la falta de plazas nuevas para incorporar a jóvenes académicos y las deficientes condiciones de jubilación a las que se tiene derecho, sin duda es urgente instrumentar nuevos esquemas desde el nivel de la administración central para resolver este asunto que a todos preocupa.

Sin embargo, no podemos permanecer en espera de que la solución llegue y que el tema se resuelva en corto plazo. Debemos actuar en el ámbito de las posibilidades del Instituto, con imaginación y sentido de previsión. Para ello, se tiene muy avanzada una propuesta de becas posdoctorales de mayor duración, de 3 a 5 años, con cargo a los indirectos generados a partir de los ingresos extraordinarios que obtiene nuestro instituto. Se espera concluir el diseño de este programa en este mismo mes, para luego presentarlo ante las instancias académicas y administrativas de la UNAM, con el objeto de obtener su visto bueno. La meta es iniciarlo en el segundo semestre del presente año.

 

 

 

 

 

Esta propuesta se basa en que ante la falta de plazas para jóvenes investigadores, es posible captarlos por hasta 5 años para que demuestren sus capacidades con vista a contratarlos en caso de que durante ese tiempo se libere una plaza por jubilación o deceso, o bien mediante la creación de una nueva. En este arreglo, se tendría el beneficio de la transmisión de experiencia y conocimiento por parte del investigador titular con el que trabajará el joven posdoctorante, ya que coincidirían en el tiempo, en el espacio y en intereses académicos. Esta posibilidad no se logra cuando el investigador experimentado se retira y su plaza vacante es ocupada por un joven investigador, ya que se pierde un acervo de experiencia académica muy valioso.

Una característica propia de este programa es que la posición posdoctoral se otorgará a una línea de investigación y a su respectivo investigador titular, quien deberá buscar, seleccionar y proponer al candidato. Es decir, se apoyarán líneas de investigación y sus respectivos perfiles académicos, y no solo a jóvenes doctores con sólidos currículos. Será necesaria una discusión académica y con alto sentido institucional para identificar aquellas líneas y a sus investigadores que recibirán el apoyo. El avance en la planeación que se tiene en las cédulas de las coordinaciones, concluidas al final del año pasado, será también un valioso apoyo para la toma de decisiones en este sentido.

Este nuevo esquema pretende, por lo tanto, incorporar por un máximo de 5 años a jóvenes doctores que respondan a los perfiles de las líneas de investigación que sean seleccionadas como pertinentes para el futuro del Instituto. En ese tiempo se harán evaluaciones anuales rigurosas con base en programas y metas de trabajo detallados, con el fin de terminar la colaboración en caso de que estas no se cumplan. Una evaluación intermedia, a los 3 años, será particularmente cuidadosa, y todos los indicadores deberán ser positivos para continuar con el apoyo. En paralelo, se integrará una lista de prioridad entre los posdoctorantes, para ingresar con plaza en el momento que una se libere o sea creada. Con ello, se tendrá inmediatamente al candidato idóneo para ocuparla, pues ya habrá mostrado sus capacidades, su compromiso y su identificación con los valores del Instituto.

Este programa podrá recibir críticas y opiniones contrarias, ya que sin duda puede ser mejorado, pero lo considero una propuesta válida y oportuna que responde a las limitaciones actuales en materia de contrataciones, además de que adelanta los procesos de selección y prueba de nuestros futuros colegas investigadores. Pasemos a su primera aplicación.

Adalberto Noyola Robles

Director