CATEDRAL METROPOLITANA. HUNDIMIENTO Y RESCATE
El pasado 28 de noviembre se presentó, en la terraza de la Torre de Ingeniería, el libro Catedral Metropolitana. Hundimiento y rescate, libro de divulgación editado por el IIUNAM que muestra los trabajos realizados para salvaguardar este edificio emblemático del centro de la ciudad de México.
La mesa de presentación estuvo encabezada por el Dr. Manuel Mendoza, subdirector de Estructuras y Materiales, quien habló de la importancia que tuvo esta labor en el Instituto. “A partir de ella, dijo, se abrió un área especializada en el Instituto dedicada al rescate de edificios históricos”. Por su parte, el ingeniero Enrique Santoyo, de la empresa TGC, contó cómo fue el inicio de estos trabajos de rescate: “comenzando por la pequeña iglesia ubicada en San Antonio Abad, que sirvió de ensayo para hacer los trabajos de subexcavación en la Catedral.
Por parte del Instituto estuvieron el ingeniero Roberto Sánchez y el Dr. Efraín Ovando, quienes participaron en la parte estructural del rescate. “Con base en estos trabajos –dijeron– comenzaron a abrirse proyectos de investigación para trabajar en la rehabilitación de edificios con gran valor histórico, con lo que se logró así un reconocimiento internacional”.
Con este libro se pretende editar una nueva línea de textos en el Instituto, fuera de los informes técnicos o académicos, y que puedan facilitar la vinculación con los lectores no especializados. El libro, de 64 páginas, tiene un formato de fácil lectura. Ilustrado con una gran cantidad de fotografías y diagramas, y tiene a su vez una versión digital interactiva para iPad, gratis y disponible desde la tienda de Apple.
Presentamos a continuación un fragmento del primer capítulo del libro.
Corre el año de 1791; un hombre desliza sobre la superficie de una caja el lienzo de algodón que está sujeto a la palma de su mano con el cuidado que amerita un encargo de esta magnitud. Este hombre, del cual se desconoce su identidad, limpia cada una de las caras de una caja, que mide 15.5 por 8.2 cm y está hecha de lámina de zinc soldada con plomo. Esta caja contiene algunos objetos que por años permanecerán ocultos en la Catedral de México. Su contenido es un secreto que se guarda sigilosamente.
Es día de fiesta en la capital de la Nueva España y la algarabía es incontrolable. La gente se detiene y mira hacia arriba. Es un hecho: la obra se ha terminado casi en su totalidad. Al arquitecto José Damián Ortiz de Castro le ha correspondido la finalización de las torres, ya que su propuesta se escogió debido a la originalidad con la que diseñó el remate de las torres. Al final de cada una colocó una cruz de cantera que se encuentra afianzada en una esfera del mismo material. Doce años después otro célebre arquitecto, Manuel Tolsá, concluye la obra de la catedral más bella e imponente de América.
Los presentes se convierten en testigos del memorable hecho. El espacio es envuelto por un silencio que cubre todo el cuadro. Ortiz de Castro jamás podrá olvidar el momento cuando la historia se detuvo al escuchar el sonido de los cientos de campanas de las iglesias de alrededor. El estruendo de los repiques emociona hasta al más indiferente, la culminación de la obra se ha anunciado. La torre del lado oriente ha sido terminada.
