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Gaceta Abril 2014
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PARTE I       

¡En el mar la vida es más sabrosa!                                                                                           

Así de sencillo, letra y música llegaban por inspiración, como en un santiamén -más bien era como si alguien le dictara la letra de las canciones-. Después, con el texto en mano corría a su casa y le pedía a su esposa que se aprendiera la melodía, para registrarla en la grabadora; acto seguido, llamaba a un músico profesional, de esos que han ido a la escuela, para que le escribiera las notas en el pentagrama. De esa forma, el compositor cubano Osvaldo Farrés le regaló al mundo canciones que ahora son del dominio público: Quizás, quizás, quizás y En el mar la vida es más sabrosa, muchos ejemplos que han quedado en la cabeza de la gente.

Con En el mar la vida es más sabrosa Farrés muestra dos cosas que marcaron su niñez: la playa y el mar. Nacido en una pequeña ciudad de la provincia de Las Villas, Cuba, llamada Quemado de Güines (nombre que tiene su origen en las quemas que hacían los hombres que cortaban leña para obtener carbón), Farrés observó una y otra vez cómo las olas se rompían al llegar a los acantilados, gozó del ruido que produce el vaivén del agua, disfrutó de los encantos de una siesta al ponerse el sol tendido en la playa, fue testigo de muchas noches en las que el mar se levantaba furioso desatando las más fantásticas historias y leyendas de las que se hablaban en el pueblo, y vivió la desolación que el mar deja después de los huracanes. Cada una de las cosas vividas lo hizo pensar siempre y sin ninguna duda que... “en el mar la vida es más sabrosa”.

 

 

Crónicas desde la playa

El pedazo de mar del que hablaba Farrés es parte del Caribe, aquel que se localiza en el océano Atlántico, y el cual fue navegado por primera vez por un europeo, Colón, en 1492, cuando descubrió las islas Antillas. El mar es parte inseparable de las costas, lugares que reciben a cientos de turistas que aman las playas, sitios considerados paradisiacos por millones de individuos que habitan este planeta y que las ha visitado. Las más hermosas, dicen los que saben de sol, arena y mar, se encuentran en México, cuestión que sin falsas pretensiones podría ser una aseveración muy cierta.

Pero tanta belleza no puede ser perfecta; existe un elemento singular que caracteriza estos lugares de edén, y es que son clasificados por los expertos como de alto riesgo para quienes los habitan. Lo anterior ha sido el resultado de un considerable número de investigaciones que señalan que las playas en general son de alta vulnerabilidad, debido a la presencia de fenómenos naturales de todo tipo, desde huracanes y tormentas tropicales, hasta terremotos y tsunamis.

Lo anterior hace de las costas en todo el planeta sitios para la observación y el monitoreo permanente por especialistas, quienes han ido perfeccionando un sinnúmero de instrumentos para mirar detalladamente cada fenómeno, así como sus causas y consecuencias, desde aquellas que tienen que ver con el entorno natural del lugar y su impacto en el medio, así como el daño que logran ocasionar a las poblaciones humanas que se han establecido en estos lugares. Para muestra, presentamos a continuación varios ejemplos.

México

Cozumel-Cancún-Progreso, península de Yucatán (septiembre 14, 1988)

El huracán Gilberto llegó a Cozumel con categoría 5, suficiente para considerarlo el primer fenómeno de su tipo que tocó tierra con esa intensidad desde 1969.  La escala con la que se clasifica la intensidad de los huracanes (del 1 al 5) depende de la velocidad del viento. Un huracán clasificado en una categoría 3 resulta ser un peligro devastador para las poblaciones que se encuentran muy cerca de la costa, y un huracán de categoría 4 o 5 se considera de efectos catastróficos. El evento que se produjo en Cozumel se desplazó por encima de la costa norte de la península de Yucatán, y ocasionó daños muy graves. La devastación en las playas de Cozumel, Cancún y Progreso se pueden medir con la destrucción de hoteles, casas, condominios, viviendas, edificios de gobierno y prácticamente todo lo encontrado a su paso. Esto ocasionó que más de 150 mil personas quedaran sin hogar. El desastre en términos monetarios se calculó entre 1 y 2 mil millones de dólares; tan solo Cancún tuvo una pérdida de casi 87 millones de dólares en los siguientes meses, debido a que los turistas dejaron de visitar la zona.

 

México

Playas de Rosarito, Baja California (enero 27, 1998)

Las playas de Rosarito prácticamente desaparecieron. El choque del oleaje hacia la costa no paró en toda la noche; esto ocasionó la más grande erosión jamás vista en el lugar. El gobierno federal tuvo que declarar el sitio zona de desastre nacional. El suceso borró el rasgo más característico del sitio y por el cual era conocido como La Playa; este instante en el tiempo coincidió con la aparición en el invierno de 1997-1998 del fenómeno llamado El Niño. Los datos que tenían los expertos indicaban que las costas muy probablemente serían sometidas a tan fuerte intensidad en el oleaje; las predicciones no fallaron. Las pérdidas materiales no fueron significativas, pero se anunció que la población perdió uno de sus más grandes recursos naturales: la playa; su recuperación llevará varias décadas.

 

Océano Índico (diciembre 26, 2004)

La tierra fue sacudida por un fuerte terremoto que generó un tsunami, un maremoto que ocasionó un grupo de olas con grandes concentraciones de energía y que desplazó verticalmente grandes masas de agua hacia adentro de las costas. El fenómeno destruyó las costas de Indonesia, Tailandia, Sri Lanka, India y otros países. Se estima que más de 200 mil personas perdieron la vida y más de un millón y medio se tuvo que desplazar de sus lugares de origen. El tsunami causó inmensas pérdidas económicas; estas fueron tanto inmediatas, por la destrucción total de la infraestructura en la zona costera, como aquellas que a largo plazo se pronostica que ocurrirán. Se estima que el 66 % de la flota pesquera, una de las actividades económicas principales de la zona, así como el turismo, ambos de importancia vital para la economía local, prácticamente se terminaron.

 

Estados Unidos de América

Luisiana (agosto 29, 2005)

Fue nombrado Katrina uno de los huracanes más fuertes y devastadores que se hayan registrado en la historia de los Estados Unidos. Tocó tierra con categoría 1 en las costas de Florida, pero después de recorrer el golfo de México, se convirtió en un huracán de categoría 5 y tocó tierra con categoría 3 en las costas de Luisiana. Los impactos en toda la costa fueron impresionantes; esto se debió a los fuertes vientos y al aumento del nivel el mar relacionado con la dinámica del huracán. Se registraron más de 1800 personas muertas y los daños económicos fueron valuados en más de 91 mil millones de dólares. Al pasar por el golfo de México, Katrina inundó las zonas costeras; esto generó graves daños tanto a las poblaciones como a los bienes materiales, incluso incomunicó a más de 60 mil personas en la ciudad de Nueva Orleans. Los resultados en las zonas costeras son evidentes: las playas fueron erosionadas y los daños a plataformas petroleras ocasionaron derrames de miles de litros de hidrocarburos, lo que provocó un severo impacto al medioambiente. Las estimaciones de los expertos indican que la zona tardará décadas en recuperarse.

 

México

Cancún-Riviera Maya-Cozumel, Quintana Roo (octubre 19, 2005)

El gobierno de Quintana Roo, en Chetumal, ha declarado alerta roja por la llegada a sus costas del huracán Wilma. La ciudad de Cozumel es azotada dos días después, el 21 de octubre. En esta ocasión el evento es clasificado en la categoría 4. Una vez más las consecuencias se miden en destrucción; lugares como Cozumel, Cancún y Playa del Carmen, zonas con mayor densidad de población, se ven terriblemente afectadas; la devastación se puede ver en hoteles, edificios y viviendas. En esta ocasión fueron diversos eventos naturales: vientos y oleaje extremadamente fuertes, inundaciones y la erosión de la playa, los cuales contribuyeron a la destrucción de muchas de las zonas a los que llega el turismo. Después del paso de Wilma, los expertos estimaron las pérdidas y los daños en 7.5 mil millones de dólares. Mientras el huracán se mantuvo en la costa, la gente del lugar se quedó incomunicada. Miles de turistas fueron afectados en su regreso y en la comunicación con sus países de origen.

 

Japón (marzo 11, 2011)

Una grave noticia sorprende a todo el planeta: en Japón se registró un terremoto en la región de Tohoku, y el fenómeno generó un tsunami. A pesar de que Japón es considerado una zona altamente vulnerable antes estos eventos, en esta ocasión se tomó en cuenta que el maremoto consecuencia del sismo fue extremadamente destructivo, debido a que su desplazamiento tierra adentro fue de hasta 10 km, lo que hizo que todo a su paso haya sido destruido. Pueblos enteros de la zona fueron sepultados por el agua y todo fue arrasado. Las estimaciones en pérdidas humanas indicaron más de 14 mil muertos y un poco más de 10 mil personas desaparecidas; sin duda alguna este ha sido el peor desastre sufrido hasta el momento en Japón. La costa este quedó totalmente destruida y los daños materiales fueron incalculables. Pero lo más grave que ocasionó este tsunami fue el daño a la planta nuclear de Fukushima. Los expertos advirtieron que el lugar y sus alrededores se encontraban al nivel máximo de alerta y emergencia; esto quiere decir que en ese momento existía una alta probabilidad de que ocurriera un accidente nuclear y que podría ser casi igual al ocurrido en Chernobyl, Rusia.