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Documento completo Plan de Desarrollo 2016 - 2020
Análisis interno
Etapas de integración
Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas
El Instituto de Ingeniería hacia el 2030
El Plan de Desarrollo Institucional
Retos para el periodo 2016-2020
Descriptivo de programas y proyectos
Plan de Trabajo del Dr Luis Álvarez Icaza
El Instituto de Ingeniería hacia el 2030 
 
 
 

Es posible afirmar que el mundo académico del 2030 será completamente diferente al de hoy, más aun, será virtualmente irreconocible respecto a aquél que existió hace 30 años. Los institutos de investigación exitosos, serán aquellos que hayan sido capaces de adaptar su infraestructura física e intelectual, para explotar los retos tecnológicos que se presenten conforme a la evolución global.

Un escenario inercial que favorece “lo acostumbrado” o “lo de siempre”, será incapaz de generar las habilidades del futuro.

Las instituciones académicas exitosas requerirán la generación de una amplia base de capacidades, con líderes altamente calificados que posean habilidades combinadas para la administración y la técnica, que resulten de un conocimiento profundo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. De esta manera, para garantizar la prosperidad del país en el futuro, se requiere el desarrollo de una base económica más diversa.

 

Algunos posibles motores de la ingeniería para los próximos años podrían ser:

En primer término las demandas y restricciones que impone la necesidad de un “desarrollo sustentable”. Los actuales modelos de consumo y producción no son sostenibles por la creciente presión que ejercen sobre los recursos naturales (energéticos, agua, etc.) y los ecosistemas.

El agotamiento o escasez de recursos naturales fáciles de explotar pondrá presión para obtenerlos a partir de ambientes difíciles o frágiles (por ejemplo, la explotación de campos petroleros profundos). Los nuevos problemas que el desarrollo sustentable le plantea a la ingeniería son formidables y de una escala global.

La ingeniería del futuro tendrá también que mejorar su capacidad para tratar sistemas de “tamaños extremos”; por una parte, los de gran escala, como los involucrados en los asuntos ambientales (o en las redes de telecomunicaciones, los sistemas energéticos o el desarrollo espacial), esto es, la “gran ingeniería”, y, por otra, los de muy pequeña escala que se vislumbran con el desarrollo de la nanotecnología, mismos que, entre otros, plantean la posibilidad, al menos en el papel, de trastocar totalmente los actuales modos de producción, sustituyéndolos por sistemas de abajo hacia arriba.

Las interacciones y sinergias entre los futuros avances en nanotecnología, biotecnología, informática serán crecientes, en lo que se ha venido denominando la “convergencia tecnológica”. Los avances en cada uno de estos campos potenciarán los de los otros. Los resultados de dicha convergencia serán los componentes básicos de las soluciones que habrán de dar los ingenieros a los futuros problemas.

Entre las múltiples formalidades con que suelen etiquetarse el presente y futuro está la de la “sociedad del conocimiento”, como evolución natural de la “sociedad de la información” y quizá como etapa previa de la “sociedad de la innovación o de la creatividad”. El conocimiento es la base del crecimiento económico y desarrollo. Aprender, innovar, adoptar y adaptar con rapidez son y serán cruciales para la competitividad de las empresas y las naciones.

De esta manera, la visión del Instituto en su devenir, debe proveer los mecanismos necesarios para el desarrollo de ventajas competitivas en sus académicos y estudiantes. Desarrollar esquemas de prácticas profesionales para favorecer un aprendizaje contextualizado y favorecer la construcción de grupos de trabajo inter y multidisciplinarios, permitirá desarrollar soluciones a problemas complejos, desde la recuperación económica hasta el cambio climático y la seguridad ante el envejecimiento. El reto es generar recursos humanos que sean capaces de producir y mantener el bienestar, a través de la generación de infraestructura, productos y servicios del futuro.

Este modelo futuro del II UNAM, deberá forzosamente ser construido sobre las fortalezas de sus académicos con más experiencia, en conjunto con jóvenes investigadores altamente calificados y cuidadosamente seleccionados. La experiencia de sus académicos más destacados, junto con el ímpetu y la productividad de investigadores jóvenes de alta calidad, harán del II UNAM, una entidad internacionalmente atractiva para colaborar y visitar, lo que es crucial para la generación del conocimiento de punta.

La escala y complejidad de los retos, requieren la reindustrialización planificada de los países, de tal manera que se promueva la generación de una economía altamente tecnológica y sostenible, basada en un nuevo modelo de cooperación entre las empresas, el gobierno y la academia que promueva el crecimiento. El II UNAM del futuro, debe consolidar la forma de:

  • Construir puentes más sólidos entre investigadores, innovadores y tomadores de decisión para llevar el mejor conocimiento disponible en el mundo, al corazón de las decisiones del gobierno.
  • Colocar la investigación y la innovación como motores del crecimiento económico de largo plazo.
  • Diversificar las habilidades de investigación en ingeniería, por medio de la interdisciplinariedad y el uso de un amplio espectro de ciencias matemáticas, naturales, sociales, de humanidades, médicas y de ingeniería.
  • Asegurar las condiciones para la prosperidad académica de su comunidad, por medio del reforzamiento de la inversión en infraestructura experimental.
  • Promover y facilitar la movilidad académica de su comunidad entre sectores y disciplinas, en los ámbitos nacional e internacional.
  • Consolidar su rol en la definición de políticas públicas, por medio del consejo experto de su comunidad al gobierno de México.
  • Generar las habilidades para competir a nivel internacional de manera cotidiana, de tal suerte que los ingenieros egresados contribuyan a la generación de los productos de alto valor tecnológico del futuro.

 

El aseguramiento de un futuro próspero para nuestra institución, requiere una revolución en la innovación que ponga en su centro y como punta de lanza, a las actividades derivadas de la investigación.