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María Victoria Echagüe
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Reseña del libro Evaluación de la política de acceso al agua potable en el Distrito Federal
Sistema de intercambio de información sísmica entre la Universidad Nacional Autónoma de México, por medio de los institutos de Ingeniería y Geofísica, y el Centro Nacional de Prevención de Desastres
María Victoria Echagüe 
 
 
Ganadora de la décima edición de la Beca Aidis 

Por José Manuel Posada de la Concha

Mis padres, ambos uruguayos, fueron enemigos de las dictaduras y tuvieron que salir de su país rumbo a Paraguay, donde yo nací. Mis abuelos, a su vez, habían salido de Paraguay años antes rumbo a Uruguay por las mismas circunstancias. En este sentido, la historia de la familia está ligada a las dictaduras sudamericanas, porque por si fuera poco, ya habiendo yo nacido continuaba la dictadura de Stroessner en Paraguay, y al poco tiempo sucedió el golpe de estado.

Aunque estrictamente yo soy paraguaya, asuncena para ser precisos, una buena parte de mí se considera uruguaya por mis padres, pero además porque continuamente estamos viajando a Uruguay a ver a la familia. Estoy ligada a los dos países que, aunque geográficamente están muy cerca, culturalmente son muy diferentes. Mis padres están muy felices de que Uruguay esté gobernado por alguien como José Mújica, líder guerrillero, hombre de izquierda, de ideales firmes y con gran sentido social. Ahora mismo tengo unas palabras de él en mi Facebook sobre la responsabilidad ambiental en un discurso que acaba de dar en Río de Janeiro. Mencionó que el problema no es propiamente medioambiental, sino político. Dijo: “La gran crisis que tenemos no es ecológica, sino política. El hombre no gobierna hoy las fuerzas que ha desatado, sino las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre.” Considero muy cierta esa frase.

Victoria Echagüe es la décima ganadora de la beca Aidis a nivel licenciatura. Es egresada de la Universidad Nacional de Asunción y se encuentra realizando una estancia de investigación con el grupo de tratamiento y reúso a cargo de la Dra. Blanca Jiménez, de la Coordinación de Ingeniería Ambiental del Instituto de Ingeniería.

Yo soy egresada de la primera generación de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción, Paraguay. En este sentido es un privilegio trabajar ahora en la UNAM, específicamente con el grupo de la Dra. Blanca Jiménez, pues ella es una investigadora prestigiosa y egresada de la primera generación de ingenieros ambientales en México, ¡nos llevan ya varios años de ventaja! La experiencia de ella y de su equipo de trabajo me está enriqueciendo mucho.

Específicamente estoy apoyando en un proyecto que estudia la biodegradación de contaminantes emergentes en el acuífero de Tula, justo debajo de las zonas de cultivos que son regadas con aguas residuales. Los contaminantes emergentes incluyen productos farmacéuticos,  productos del cuidado personal, surfactantes, aditivos industriales, plastificantes, plaguicidas , entre otros. En esta investigación estamos estudiando particularmente el antiinflamatorio naproxeno, el antibacterial triclosán y el antiepiléptico carbamazepina. Estos contaminantes han estado siendo estudiados hace relativamente poco tiempo; el problema con ellos es que aunque se ha comprobado que se encuentran en bajas concentraciones en aguas y suelos, se ha constatado que ocasionan efectos adversos al ser humano y al medioambiente, además, como no son regulados por la ley y son productos de uso cotidiano, permanentemente están ingresando al medioambiente. Otro problema relacionado con los mismos es que las plantas de tratamiento actuales no están preparadas para removerlos. Se ha comprobado que algunos de estos contaminantes están ingresando al acuífero de Tula, y por los motivos mencionados resulta interesante conocer que ocurre con dichos contaminantes dentro del mismo, ¿se biodegradan?, ¿se adsorben en el material sólido del acuífero? Esperamos tener una publicación en una revista científica próximamente sobre los resultados que obtengamos.

Estudié Ingeniería Ambiental porque desde siempre sentí un compromiso muy grande con el medioambiente y la sociedad, y quisiera hacer aportes positivos; por eso decidí ser “conejilla de indias” en la carrera de Ingeniería Ambiental. Mi tesis de licenciatura tuvo buen impacto en mi facultad porque hice un estudio sobre el potencial del aprovechamiento de los residuos sólidos que generábamos en la misma. Entre otras cosas hallé que hasta un 92 % de nuestros residuos tienen potencial de reciclaje. Mi tesis llamó mucho la atención del decano (director), y a partir de dicho estudio surgió un proyecto de separación de residuos en origen del cual estuve como encargada de implementación.

Como me la pasaba hurgando en los desechos, me gané el poco honorable apodo de “la reina de a basura”; gajes del oficio, ni modo. Me convertí en una ganchera (pepenadora le llaman aquí), pero lo que hice tuvo tan buenos resultados que hasta se creó un departamento de gestión de residuos en mi facultad. Me siento muy orgullosa con el trabajo que realizamos.

Mis opciones a futuro son muchas: estoy considerando estudiar una maestría en Ingeniería Ambiental aquí en México o en algún país de Oceanía, pues siempre me ha llamado mucho la atención Australia o Nueva Zelanda. También me gusta mucho el arte y tengo una gran vocación social, así que considero que eventualmente quisiera buscar alternativas para unir las tres cosas que me gustan. Una forma de hacerlo podría ser sensibilizar a la sociedad respecto a la problemática del medioambiente a través del arte.

Este viaje a México me ha servido en varios sentidos, sobre todo para conocer otras culturas y formas de trabajo, lo que ha contribuido en gran medida a mi crecimiento personal y profesional. Este país ofrece muchas oportunidades laborales y de formación académica y cultural. Dentro de poco, por mis inquietudes, me gustaría estar en otras partes del mundo para continuar dicho crecimiento.

México es un país hermoso con una increíble diversidad y riqueza cultural, biológica, gastronómica, fisiográfica, y de paisajes, ¡es casi un pequeño continente! 

Y sí, aunque extraño mucho a mi familia, mi casa en general, mi recámara y mi perro, los árboles de mi jardín y todo eso que es parte de los recuerdos, me agrada muchísimo estar aquí. Ya llevo tres meses y me faltan otros tres. Quiero conocer todo lo que pueda de este hermoso país. Tengo pendientes un viaje a Chiapas,  a la Riviera Maya, Oaxaca y uno más a las Barrancas del Cobre, que aún no sé en qué momento los haré, pero los haré.