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La Pildorita 44 
 
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ACENTUACIONES DUDOSAS

Sabemos que las reglas generales para acentuar ortográficamente las palabras en español son bastante sencillas. Sin embargo, hay algunos ordenamientos de carácter particular no muy conocidos y asimismo algunos casos verdaderamente dudosos. Ejemplos de los primeros podrían ser las reglas sobre acentuación de formas verbales a las que siguen pronombres enclíticos.

El Esbozo de una nueva Gramática de la lengua española de la Real Academia proporciona seis reglas que, muy esquemáticamente, pueden formularse así: 1) si la formación resultante es esdrújula, se aplica la regla general (siempre se acentúa): contábale. 2) forma verbal monosilábica o aguda más enclítico sigue la regla como si no tuviera pronombre: dale, déle, partióse. 3) forma verbal monosilábica o aguda más dos pronombres siempre se acentúa: dímelo, pedírmela. 4) forma verbal llana o esdrújula más uno o más enclíticos siempre se acentúa: hablábase, hablándoselo. Escuchábamosle. 5) si se sustantiva la forma resultante y esta es esdrújula, se acentúa: pésame. 6) imperativos del plural más enclítico no se acentúan: deteneos, marchaos.

Pueden también encontrarse con facilidad no pocos casos de reglas de acentuación dudosa. Todos conocemos la regla que dice que determinados monosílabos no átonos o bisílabos que no deberían acentuarse se escriben con tilde para diferenciarlos de sus homófonos. Así el verbo se opone a la preposición de o el adverbio sólo se distingue del adjetivo solo, etc. Como parte de esta regla se señala que los interrogativos qué, cómo, cuál, dónde, etc. se acentúan para diferenciarlos de los no interrogativos. En la edición de la Gramática académica de 1931 se trascribía como ejemplo de esto el conocido verso de Tomás de Iriarte: “-He reñido a un hostelero. /-¿Por qué?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿cómo?/-Porque donde cuando como, / sirven mal, me desespero”.

Por otro lado, esa regla es imprecisa. Nótese que se habla de interrogativos. Lo que no se tiene en cuenta es que también hay en español construcciones llamadas interrogativas indirectas del tipo de platícame qué hiciste. Parece que ese qué suele acentuarse aunque no es estrictamente un interrogativo como el que aparece en ¿qué hiciste? Hay casos aún más dudosos: ciertos pronombres introductores de proposiciones subordinadas parece que deberían acentuarse ortográficamente para determinar el contenido semántico de la frase completa. Véase que no es lo mismo no tienes que comer (si no quieres) y no tienes qué comer (por falta de dinero).

He escuchado con bastante frecuencia el uso de la palabra copear por copiar. Copiar es hacer una copia y copear vender por copas. Tomar copas. Por tanto, si en México una persona, por evidente ultracorrección, pronuncia peonero por pionero (y no faltará quien diga cameón por camión), puede casi asegurarse que persiste (y predomina) aquí la tendencia contraria, es decir a la diptongación de los hiatos, a la sinéresis (tiatro por teatro, pior por peor).

ACASO. Es un sustantivo o adverbio que se escribe junto, cuando puede sustituirse por quizá o tal vez (por ejemplo, acaso no vaya); se escribe a caso cuando es preposición y sustantivo (a caso perdido, no hay recurso).

ACUESTAS. Es un tiempo de verbo (si te acuestas temprano...) y se escribe junto; a cuestas es un modo adverbial (lo trajeron a cuestas) y son dos palabras.

ALGUIEN. Es un pronombre indeterminado que a veces se aplica incorrectamente; por ejemplo ¿alguien de ustedes ha llamado? Lo correcto en este caso es decir y escribir ¿alguno de ustedes ha llamado?

APENAS. Es un adverbio de modo (apenas se asomó) y se escribe junto; a penas es una locución compuesta por una preposición y un sustantivo (lo condenaron a penas mayores) y se escribe en dos palabras.

A PESAR. Es un modo adverbial que debemos escribir separado; nunca apesar.