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La Pildorita 37 
 
La Pildorita 37 
CARTEL / CÁRTEL

Se ignora cuál es el origen, en el español mexicano, y en particular en el que se escribe en la prensa y se oye en el radio y la televisión, del empleo de la voz cártel, de acentuación grave o llana y con plural esdrújulo (cárteles), con la que se alude de manera casi exclusiva a organizaciones sudamericanas de traficantes de drogas. Probablemente nos llegó el vocablo a través de las agencias de noticias de otros países, de América del Sur quizá, en donde comenzó tal vez a designarse con tal nombre a esas agrupaciones delictivas.

La palabra cártel, grave terminada en ele y por tanto acentuada ortográficamente, no aparece consignada en el Diccionario de la Academia. Ahí aparece ciertamente la voz cartel, aguda y por ende sin tilde, que procede, según ese lexicón, del francés cartel y este del italiano cartello, diminutivo de carta. Se consignan siete acepciones (papel en que hay inscripciones, papel encartonado que sirve para enseñar a leer, etc) la última de las cuales explica el significado que tiene que ver con las disciplinas económicas: “Convenio entre varias empresas similares para evitar la mutua competencia y regular la producción, venta y precios en determinado campo industrial”.

Con algunas obvias adaptaciones, esta definición puede valer para las organizaciones que en los diarios son llamadas cárteles. Sin embargo, al menos en este país (y quizá también en los sudamericanos) la palabra, en singular, es grave (cártel) y no aguda cartel, como aparece en el Diccionario.

Conviene, empero, tener en cuenta que existe en alemán la voz Kartell, de acentuación prosódica grave o llana, que significa precisamente lo que el Diccionario académico anota como séptima acepción (sentido técnico de carácter económico) de cartel. Debe recordarse que el Kartell fue precisamente esa forma monopolista de actividad económica que tuvo sus orígenes en Alemania hacia 1880.

Todo ello nos lleva a pensar, por una parte, que la palabra llana cártel empleada en la prensa mexicana (y latinoamericana) tiene origen alemán, y, por otra, que la voz cartel (aguda), en la séptima acepción que aparece en el Diccionario, no procede del francés, como señala la  Academia, sino del alemán, aunque se haya cambiado la acentuación prosódica del vocablo (de grave a aguda).

 

VERTER / VERTIR

En el español de México puede oírse esporádicamente el infinitivo vertir por verter. En los diccionarios se da cuenta solo de verter, que procede del verbo latino vertere (‘girar, invertir’).

La confusión verter-vertir tiene varias explicaciones. La mayor parte de los verbos compuestos con vertere latino modificaron su terminación en -ir. Si se eliminan los infinitivos reverter y trasverter (de revertere y de trans- y verter, ambos con el significado de ‘rebosar’), todos los demás verbos compuestos de prefijo pasaron al español como verbos de la tercera conjugación: advertir (de ad-y vertere), divertir (de divertere), convertir (de convertere), pervertir (de pervertere). Por ello resulta fácil confundir verter con vertir, dado que son más abundantes los compuestos con vertir que los formados con verter.

Sin embargo, Menéndez Pidal anota en su Manual de gramática histórica española que los infinitivos de la segunda y tercera conjugaciones latinas (graves y esdrújulos, respectivamente) se fundieron en español en -er (comer, leer, romper, verter). Hubo empero varios casos de infinitivos latinos de la segunda conjugación (graves) que fueron atraídos, ya en el mismo latín, a la cuarta conjugación (-ire) y de ahí a la tercera española (en -ir). Tal es el caso de huir (de fugire y este de fúgere). Aunque verter es la forma literaria, vertir es forma vulgar que se escucha en América.

TLACONETE. Viene del náhuatl tlalconetl, compuesta de tlalli, tierra, y conetl, niño, es decir, “niño de la tierra”. Tal vez tiene su nombre porque anda arrastrándose por el suelo, despidiendo baba, a manera de un niño.