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La Pildorita 35 
 
La Pildorita 35 

CARO / COSTOSO

Ya en latín el adjetivo carus tenía dos significados: por una parte, ‘subido de precio’ y, por otra, ‘amado, estimado, querido’. El español caro conserva todavía estos dos sentidos, aunque poco se emplea hoy con el segundo de ellos. Sin embargo hay sustantivos derivados de caro (‘amado’) que forman parte del léxico habitual del español hablado y escrito, como caricia o cariño; caridad es otro abstracto relacionado con ese mismo valor semántico.

Conviene precisar un poco más el significado actual de caro, en la primera de sus acepciones (‘subido de precio’). El Diccionario académico anota que algo es caro cuando “excede mucho del valor o estimación regular” o, más claro aún, cuando alguna cosa es vendida, comprada u ofrecida “a un precio más alto que el de otra tomada como punto de referencia”. En una de las acepciones que anota Moliner, se dice que caro “se aplica a lo que cuesta más dinero del que es justo o razonable”. Otros diccionarios, por lo contrario, no ponen énfasis en estos conceptos de naturaleza comparativa, sino que se limitan simplemente a señalar que caro se aplica a lo que cuesta mucho dinero.

El adjetivo costoso, según la Academia (y también Moliner), significa solo ‘que cuesta mucho, que es de gran precio’, sin sentido comparativo alguno. Puede verse que para algunos diccionarios, como también para muchos hablantes, quizá para la mayoría, caro y costoso vienen a ser sinónimos: ‘lo que cuesta mucho dinero’. Sin embargo, no deja de ser útil, porque ayuda a la precisión, la diferencia señalada por la Academia y por Moliner.

Aunque no cabe duda que todos usamos, en algunos enunciados, caro con el simple sentido de ‘costoso’, como cuando decimos “fuma siempre tabaco caro”, es más frecuente que lo empleemos con un valor comparativo (algo que cuesta más dinero del que es razonable), como cuando afirmamos que “este coche es muy caro en ese precio”. Como se ve, en este sentido, el adjetivo barato -que procede del verbo baratar, ‘dar o recibir una cosa por menos de su precio ordinario’ - más parece la antítesis de caro que de costoso. En otras palabras, según las definiciones comentadas, algo puede muy bien ser caro sin ser costoso y viceversa. A un diamante o a un cuadro de Picasso, según se ve, les va mejor el adjetivo costoso que el adjetivo caro. Por lo contrario, si alguien compra una naranja por cinco pesos, habrá adquirido algo caro así no haya sido costoso; a lo mejor un Picasso, comprado en un millón de pesos, resulta barato, aunque para cualquiera de nosotros sea sumamente costoso.

En resumen, parece recomendable conservar la distinción entre caro y costoso, no por otra razón sino porque con ella se obtiene una mayor precisión, sin duda una de las virtudes esenciales del buen hablar.

A DIESTRA Y SINIESTRA. Aunque existen los adjetivos en femenino, refiriéndose a la mano, que es femenino, y puede decirse la diestra (la mano derecha) y la siniestra (la mano izquierda), como modo adverbial lo correcto es lo masculino en ambos casos: A diestro y siniestro, porque significa a un lado y a otro, sin tino, orden ni cuidado.

APLICACIÓN. “Ya he hecho mi aplicación para este empleo”, dice por ahí alguien que busca trabajo. En castellano se dice solicitud, y el verbo es solicitar, pedir, y no “aplicar”, que tiene varias acepciones menos esa. El sustantivo tiene uso más común y propio en materia de estudios, como perseverancia o asiduidad en ellos. Pero para un “espanglés”, un estudiante aplicado sería... ¡un estudiante muy solicitado! ¡Y cuidado si se trata de una estudiante!

CAMBIAR A. Muy común en anuncios comerciales. “Cambie a” (y aquí el nombre del producto que se anuncia). Es anglicismo por change to. Debe decirse cambie por, por ejemplo, “Cambie (el aceite que usa) por aceite marca N”. Y hasta “cambie a” puede resultar diciendo lo contrario de lo que se desea. La preposición “a” puede ser acusativa.