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Cápsulas de TI
La Pildorita 27 
 
 
IMPARTIR / DICTAR / DAR UNA CONFERENCIA

No son pocos los que creen que si una expresión es usada por todos o casi todos, debe ser vista como poco elegante, como vulgar, y se dedican a buscar con ahínco un sustituto más original. Suelen decir, por ejemplo, “el profesor dictará una conferencia”, “el doctor imparte la clase”, porque les parece que emplear en estos casos el verbo dar (“dará una conferencia, una clase”) resulta, si no impropio, sí al menos corriente.

 Impartir es ciertamente sinónimo de dar pero sin duda propio del lenguaje llamado culto, y que si se siente natural en tal o cual texto escrito, no deja de ser chocante en la lengua hablada. Imaginemos a nuestros hijos diciéndonos: “padre, impártenos nuestro domingo”. Por tanto, no hay razón para decir impartir clases si se puede decir dar clases.

Dictar no es lo mismo que dar, dice el gran filólogo Ángel Rosenblat. Se dicta una ley, un decreto, una orden, pero no una clase ni una conferencia. A ciertos gobernantes no electos se les llama dictadores; a un profesor, es evidente, no. El Diccionario, por su parte, explica que dictar tiene los siguientes sentidos: 1) “decir uno algo con las pausas necesarias o convenientes para que otro lo vaya escribiendo”; nadie desea una clase o conferencia así. 2) “Tratándose de leyes, fallos, precep­tos, etcétera, darlos, expedirlos, pronunciarlos”; no es el caso de una clase o conferencia. 3) “inspirar, sugerir”; este es un sentido figurado que nada tiene que ver con dar clases o conferencias.

Asimismo se ve como probable origen para el vocablo italiano, lengua en la que suena absolutamente normal la expresión dettare una conferenza.

En México ciertamente se usa hoy dictar por dar en lengua hablada y escrita; sin embargo, es más propio lo más sencillo y no lo más rebuscado y por ende, que es mejor decir dar que impartir o dictar clases.

NOTAS SOBRE ACENTUACIÓN

Aunque las reglas de acentuación ortográfica son en español bastante sencillas, hay sin embargo no pocos casos dudosos. Se aludirá a otros en los que suele también haber cierta vacilación.

1)  Existen palabras que a veces se acentúan mal debido a que se pronuncian equivocadamente, es decir, a que no se coloca el acento prosódico en el lugar conveniente.

Ello explica que, por ejemplo, con frecuencia se escriba sin acento ortográfico, por considerarla grave o llana, la voz esdrújula espécimen (o régimen, que debe acentuarse en la sílaba pe, vocablo que, en plural, recorre su acento a la antepenúltima sílaba (especímenes. regímenes), con objeto de conservar el carácter esdrújulo, ya que la lengua tiende a rechazar las voces sobresdrújulas (espécimenes). Por la misma razón (pronunciación incorrecta) se da también el caso contra­rio, esto es, voces que, sin razón, se acentúan a veces ortográficamente, como nóvel, que debe escribirse novel, ya que es una voz aguda terminada en consonante (por lo contrario suele hacerse grave el apellido sueco Nóbel -premio Nóbel- que en su lengua, es agudo). La misma explicación tienen otros errores frecuentes: líbido (por libido), livido (por lívido), sútil (por sutil), intérvalo (por intervalo), carácteres (por caracteres). La solución de este tipo de dudas está en el diccionario.

2)   En las palabras compuestas el primer elemento es átono y por tanto, solo se acentuará, según las reglas generales, el segundo elemento. Así, aunque la voz décimo se acentúa, por ser esdrújula, cuando aparece sola, pierde la tilde cuando entra en compuestos del tipo decimosexto o decimoséptimo (donde parece acentuado, por esdrújulo, el segundo elemento). Otros ejemplos: cefalotórax, asimismo. rioplatense, tiovivo, etcétera.

 

ACRECENTAR. Verbo irregular. Se conjuga como cerrar.

ÍNTEGRO. El superlativo de este adjetivo es integérrimo. En un nivel coloquial se usa también integrísimo.