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Margarita Elizabeth Cisneros Ortiz 
 
 

Cursé el bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente de la UNAM, en un principio había pensado estudiar Biología pero me decidí por la carrera de Ingeniería en Alimentos que se imparte en la Universidad Autónoma Metropolitana de Iztapalapa. Familiares muy cercanos y queridos me dijeron que debería estudiar Ingeniería Ambiental, pero no quise escuchar consejos porque pensé que esa no sería una decisión propia.

Hice el examen para entrar a la UAM Iztapalapa y a pesar de ser una carrera de alta demanda conseguí un lugar. La carrera me gustó mucho pues incluía matemáticas, química y biología. Durante los años de estudio pude darme cuenta de que la industria alimentaria requiere de grandes cantidades de agua potable desde la preparación hasta la obtención del producto final por lo que terminando la carrera busqué una maestría donde se estudiara el tratamiento de agua y así fue como llegué a la Facultad de Química de la UNAM para estudiar la maestría en Biotecnología (ahora Ciencias Bioquímicas). Poco después decidí tocar puertas en el Instituto de Ingeniería pues sabía que tenía grupos de académicos que atendían estas líneas de investigación.

Entré al II como becaria y cuando estaba por terminar la maestría, se dio la oportunidad  de ingresar a trabajar en la academia. Desde hace algunos años soy integrante del Grupo de Investigación en Procesos Anaerobios (GIPA).

Desde mi incorporación a la Coordinación de Bioprocesos Ambientales (ahora fusionada con la Coordinación de Ingeniería Ambiental) ingresé al grupo del doctor Adalberto Noyola. Bajo su dirección y la del doctor Juan Manuel Morgan he participado en varios proyectos de plantas de tratamiento de aguas y lodos residuales donde se aplica la digestión anaerobia proceso biológico en el cual los microorganismos descomponen la materia biodegradable en ausencia de oxígeno. Este proceso genera diversos gases, entre los cuales el dióxido de carbono y el metano son los más abundantes, este último puede ser usado como combustible. Con la reciente incorporación del Dr. Ulises Durán al grupo de investigación tengo la oportunidad de participar en otros proyectos lo que hace más integral mi colaboración y apoyo en el trabajo conjunto.

En realidad todas las actividades que desempeño dentro del II me gustan. Tengo mucho trato con los becarios lo que hace que nos mantengamos jóvenes y activos. El trabajar y supervisar a los estudiantes me es muy gratificante aunque a veces es fuerte porque ellos ven exageradas las indicaciones que les doy sobre cómo deben hacer determinados procedimientos o algo tan simple como seguir reglas. La razón, yo ya pasé por ahí. Tengo la satisfacción que, en varias ocasiones, ex-becarios que en un principio no les gustaba que fuera tan exigente al término de su estancia en el II al despedirse o al regresar me han dado las gracias porque de algún modo esto les ha ayudado a ser mejores y a integrarse más fácilmente en sus nuevas actividades ya sea académicas o laborales.

Entiendo perfectamente que reaccionen de esta manera, de hecho, de estudiante, yo también era reactiva. Siempre fui sobreprotegida debido a que soy hija única, tal vez ese es el motivo por el que busqué ser independiente. Sin embargo, era muy apegada a mi papá y cuando falleció, el impacto fue muy grande, tanto que logré superarlo hasta hace muy poco. Mi papá era ingeniero mecánico, era un hombre comprometido con lo que se proponía y, su mayor defecto o su mayor cualidad, depende como lo quieran ver, era ser extremadamente perfeccionista. En mi opinión esta es una cualidad que me inculcó y que explica parte de mi personalidad.

Mi madre nunca se volvió a casar, es de provincia y educada a la antigua, tiene carácter fuerte y siempre sabe lo que quiere, trabajó muchos años en laboratorios ópticos. Ahora está jubilada, va a clases de yoga, de baile, a pláticas y actividades culturales. Tiene muchas amigas, se la pasa bien, digamos que tiene una buena vida después de tantos años de trabajo.

Igual que a mi madre a mí también me gusta el arte y la cultura por eso cuando el doctor Noyola incluyó en su Plan de Desarrollo las Actividades Extra Académicas me pareció un proyecto interesante debido a que tiene como objetivo lograr que la comunidad se sienta integrada al II y que se desarrolle entre la comunidad una convivencia, no sólo en el ámbito académico.

 Las Actividades Extra Académicas de nuestro Instituto incluyen clases de yoga, obras de teatro y conciertos para toda la familia pues algunas de estas actividades están enfocadas a los hijos de los trabajadores. El grupo de yoga tiene dos años y medio y está integrado por académicos, administrativos y becarios y las obras de teatro y los conciertos han sido interpretados por artistas de gran nivel. La idea es que la comunidad del Instituto además de disfrutar éstos eventos conviva de otra manera, se conozca no sólo en el plan académico sino como amigo e incluso se sienta en familia.

En cuanto a mi vida personal ahora soy felizmente soltera. Estuve casada pero me divorcié. Creo que las cosas siempre pasan por algo. Cuando estaba por terminar la maestría unos familiares muy cercanos y queridos, fueron quienes detectaron que tenía leucemia. Tuve mucha suerte porque ellos eran médicos y se percataron a tiempo de mi enfermedad a pesar de que soy asintomática. Cuando todo inició, sólo me sentía muy cansada y esto lo atribuí a que estaba haciendo más ejercicio. Ellos me pidieron que me hiciera análisis de sangre y ahí se dieron cuenta de que tenía los leucocitos muy altos. Como eran médicos del ISSSTE, me canalizaron a Hematología y debido a la detección oportuna del padecimiento todavía sigo siendo el terror de los becarios.

Cuando la especialista me dijo: “tienes Leucemia” me vi en el ataúd, fue una impresión muy fuerte, me preocupó no poder tener hijos pues seguramente recibiría quimioterapia y además en ese momento tenía pendiente asistir al congreso de la Sociedad Mexicana de Biotecnología en Mazatlán, en donde iba a exponer mi trabajo de maestría. Entonces me internaron una semana, me dieron quimioterapia y afortunadamente reaccioné positivamente al tratamiento y lograron estabilizarme. Incluso la doctora me autorizó asistir al Congreso lo que fue una experiencia muy bonita que me dio oportunidad de revalorar estar viva.

Mi mamá estaba impactada con la noticia, ¡imagina! ¡Su única hija! pero poco a poco lo ha ido superando. La enfermedad no tiene cura, sólo tengo que estar bajo supervisión médica, pero en general me siento excelentemente bien.

Mis queridos familiares a quienes les debo estar aquí fallecieron hace casi dos años, pero les guardo mucho cariño. Una gran amiga y compañera que siempre ha estado pendiente de mis requerimientos hospitalarios es Catalina Maya, mi jefa de brigada para reclutamiento de donadores de sangre y plaquetas pero no quiero desaprovechar esta oportunidad para agradecer a todos mis compañeros y amigos del II que me han apoyado cuando lo he requerido, no los menciono por no omitir a ninguno: Gracias por su apoyo.

Mis sobrinas, Maya y Sophie, son las causantes de que tenga dos tortugas en mi oficina. Las tortugas eran de ellas, pero cuando se fueron a vivir a EUA me regalaron una. Hace dos años en las vacaciones de verano, me entregaron otra. Una se llama Red y tiene 12 años y la otra se llama Car. Para algunas culturas las tortugas son símbolo de larga vida. Pensé que era buena idea tener tortugas cerca de mí para alargar la vida por lo que en mis viajes comencé a comprar tortugas. Posteriormente, mis familiares, compañeros, amigos y becarios me han regalado tortugas en todos sus materiales y tamaños como llaveros, imanes, pisa papeles, etc. Ahora tengo más de 300, todas únicas e invaluables por su significado y procedencia pero sobre todo por quien me las regaló.

Me gusta bailar todo tipo de música, he tomado clases de salsa, rock and roll, cumbia, swing: no soy experta, pero lo disfruto mucho. Tomo clases de zumba y de yoga y en general disfruto las clases grupales. El armar rompecabezas es uno de mis pasatiempos favoritos y también me gusta el futbol soccer, mi equipo favorito por supuesto los Pumas ¡cómo no te voy a querer!

Estoy convencida de que hay que vivir con actitud positiva, con entrega y dedicación. Soy feliz así como estoy, la leucemia representa un reto que supero día a día. Soy afortunada pues formo parte de una gran comunidad no por su tamaño sino por su calidad humana y académica, trabajo como muchos en un lugar privilegiado: la UNAM, tengo una linda familia, buenos amigos y compañeros de trabajo y sobre todo sigo teniendo oportunidad de disfrutar vivir.